Los 20, década de liberación, creación y caos

Hablemos de los 20, una década de liberación, pero con cicatrices de guerra. Una sociedad que busca olvidar los horrores de esta, a través de la vida nocturna, la moda y la extravagancia. ¿Habrá sido esto, impulsado por mujeres? Sin los ideales marcados por muchas de ellas, como el voto o la moda, la historia sería distinta. Todo lo que sucedió en esta década fue una influencia directa a la moda, comenzó una evolución. 

Al contrario a la moda masculina, el cambio en la moda femenina fue drástico, los vestidos largos quedan en el pasado y se le dice adiós al corsé. Las mujeres dejan de estar bajo el cuidado de los hombres al momento en que ellos parten a la guerra, hacen a un lado las tareas hogareñas y asumen roles que hasta el momento solo eran ejercidos por ellos, esto les generó autonomía y libertad. Cambiaron las reuniones sociales por el cine, comenzaron a practicar deporte, tenían la libertad para abordar temas que les estaban prohibidos. 

Sin duda esta década fue de gran impacto para la liberación femenina, si bien la lucha por el derecho a voto fue anterior a esta época, fue aquí que comenzaron a verse los primeros resultados, esto hizo que la mujer hiciese firme su postura ante la sociedad. Gana liberación sexual e incluso limita el número de hijos. 

La guerra termina y las mujeres no quieren volver atrás, en una búsqueda por igualdad, se adoptaron connotaciones masculinas, desaparece la cintura avispada, los vestidos comenzaron a ser holgados sin estilizar la figura, se acorta la falda del tobillo a la rodilla, esto da como resultado dejar ver las piernas y mostrar medias con costuras o dibujos en la parte trasera; se ve por primera vez a la mujer llevar cabello corto y el maquillaje se intensifica, al contrario de años antes las mujeres mayores buscan parecerse a sus hijas. La moda se volvió una forma de expresión y sirvió para mostrar la personalidad de la mujer.  

La comodidad lo es todo para la mujer en esta época, ya que se encuentra enfocada a la funcionalidad para laborar, por lo mismo, durante el día, los vestidos son diseños sencillos con cortes rectos y telas resistentes. Pero en la noche, parece haber una transformación total, la noche se torna en un espectáculo de expresión, lujo y extravagancia, la moda durante la noche es todo menos sencilla. 

Alguien que comprendió bien las necesidades de las mujeres, fue la diseñadora francesa Coco Chanel, quien, en 1926 presentó a Vogue un diseño que revolucionaria la moda, rompería estereotipos e imaginarios sociales. Un vestido negro, el cual inicialmente causo controversia, puesto que el color era considerado para uso exclusivo del luto, la religión y el armario masculino. 

Coco Chanel, con una referencia en trajes masculinos, un ideal en permitir movimiento y libertad a la mujer, tomó la forma de un vestido camisero con escote barco y caída suelta, hasta la pantorrilla, convirtió esto en el vestido negro, el cual cambiaría las creencias que acompañaban al color y lo transformó en representante de elegancia y buen gusto, símbolo de liberación y modernidad; con esto se abriría paso al nacimiento de una tendencia que pronto se convertiría en una revolución. 

Esto planteó un nuevo concepto en la moda y en la sociedad. Las mujeres ya no se adaptan a la moda, esta se adapta a ellas, a las necesidades del país y de su sociedad. La mujer de los años 20, logró una victoria en la lucha del movimiento femenino. La vestimenta y el maquillaje impecable, presumen a mujeres de gran belleza, feminidad, pero a la vez fuertes. La mujer disfrutaba vivir su propia vida. 




 


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